Vámonos de vacaciones
Manuel Nava
EL LADO FLACO
El 27 de septiembre, la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado aprobó por unanimidad reformas a los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo, para ampliar el derecho de vacaciones pagadas de seis a 12 días laborales anuales.
El dictamen establece que, a partir del sexto año, el periodo de vacaciones aumentará dos días por cada cinco de servicios hasta alcanzar 30 días de descanso, y de ahí hasta llegar a los 32 días de descanso obligatorio por 35 años de servicio.
Han pasado cinco décadas desde que la Ley Federal del Trabajo dictaminó que los trabajadores tendrían, como mínimo, seis días de vacaciones pagadas al año. Ahora el Gobierno, a través de la senadora de Morena Bertha Alicia Caraveo, efectuó esta propuesta para que esa cantidad aumente hasta los 12 días.
La iniciativa quiere modificar el artículo 76 de la ley para que el periodo de vacaciones pagadas “en ningún caso” pueda ser “inferior a los doce días laborables”. Esto supondría un aumento de seis días con respecto al mínimo
actual.
México es el país, después de Estados Unidos, que menos días de descanso remunerado les concede.
La Ley Federal del Trabajo no ha cambiado en materia de vacaciones pagadas en los 50 años que lleva vigente, con el impacto que esto ha tenido en los trabajadores.
La reforma plantea además otros cambios. El partido del Gobierno quiere reducir la jornada laboral realizada durante el día (de las ocho actuales) y a seis horas la realizada durante la noche (ahora está en siete). También se planea un aumento, de cinco a 20 días laborables remunerados, “a los hombres trabajadores por el nacimiento de sus hijos y en el caso de adopción de un infante”. Ahora mismo los padres tienen, por ley y desde el 2012, cinco días de permiso por paternidad.
El lado flaco es que:
El 75 por ciento de los ciudadanos padece fatiga por estrés laboral y supera a países como China y Estados Unidos, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Un trabajador nacional trabaja más de 2.124 horas al año de media, según la OCDE.
Eso es un 33 por ciento más que en Brasil, un país con una economía de tamaño similar.
Además, el mayor número de horas trabajadas no redunda necesariamente en un aumento de la productividad.
En Chile, se trabaja mil 825 horas al año, mucho menos que en México, mientras que su productividad es un 63 por ciento superior, de 13. 231 medido en dólares de PIB per cápita anual, según datos del Banco Mundial.
Estas normas no abarcan a los trabajadores informales, que forman parte importante del mercado laboral mexicano.
Según el cálculo de la Encuesta Nacional de Ocupación, casi 31 millones de personas, la mitad de todos los trabajadores del país, tienen ocupaciones informales, con el efecto negativo que implica para el cumplimiento de sus derechos laborales.