UIF investiga a Murayama

Redacción

Hace seis años, la cantante Lila Downs le compró un departamento en Coyoacán al consejero del Instituto Nacional Electoral (INE) Ciro Murayama. Él obtuvo el apartamento después de la muerte de su madre y lo vendió para comprarse una casa, según me dijo. Ahora, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de Hacienda está investigando a Downs, a Murayama, a su esposa y a otra persona, a quien él le compró la casa.

Los Murayama y la cantante no son los únicos investigados en la más reciente incursión de la UIF en cuentas bancarias de personajes enfrentados públicamente con el obradorismo. En esta semana, desde la Comisión Nacional Bancaria y de Valores se enviaron dos oficios, con solicitudes de la UIF a los bancos en el país, para que entreguen información de cuentas, movimientos financieros, créditos y transacciones de todos ellos y también de Farah Munayer, una asesora de Murayama.

Munayer está casada con René Miranda, el director del Registro Federal de Electores del INE. El oficio con la solicitud sobre Munayer y Miranda se giró a los bancos el miércoles 23 de junio. Incluía al matrimonio, a una hermana de Miranda, a su madre, a un colaborador del Registro y a un diseñador gráfico que les compró un terreno en 2019.

Tanto en el caso de Downs y Murayama, como en el de Munayer y Miranda, el origen de la indagatoria financiera parece estar, formalmente, en que en algún momento de los últimos siete años vendieron o compraron una propiedad. Todos, desde la cantante hasta la mamá del director del Registro, tienen calidad de “investigados”.

Obtuve para esta columna copia de los oficios de investigación. La instrucción en ellos es que los bancos mantengan la pesquisa como “reservada y confidencial”.

Miranda me dijo para esta columna que él vendió el terreno cuando estaba construyéndose una casa y que tanto el dinero para el terreno como para la casa provenían de sus sueldos como servidor público.

“Esto me suena a una persecución política. Me gustaría conocer los resultados de esa investigación de la UIF para hacerlos públicos, porque no hay nada que ocultar; en mi vida no hay nada irregular”, me dijo Murayama.

Para Miranda y Murayama, la única explicación de que la UIF los indague a ellos, a sus familias y a quienes les compraron o vendieron una propiedad es que quieren presionar al INE. Un día antes de que la indagatoria llegara a los bancos, el 22 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los consejeros del INE “ganan más que el Presidente” y “gastan muchísimo en viáticos, buenos restaurantes, vinos”.

Cuando lo consulté para esta columna, el titular de la UIF, Santiago Nieto, confirmó que hay investigaciones abiertas a miembros del INE, pero dijo que no estaba enterado de que también indagaban a Lila Downs. “La oposición del INE a implementar mecanismos más baratos de recepción de la voluntad popular nos llamó la atención. Descubrimos que hay directores en el INE con gastos de 48 millones de pesos en American Express”, me dijo Nieto.

Hablé por teléfono con Lila Downs y su esposo Paul Cohen, quienes estaban en Oaxaca. Azorados por la noticia de la investigación, me contaron que habían conocido a Murayama por un amigo, que era vecino del consejero en Coyoacán. Así se enteraron de que vendía su departamento, un espacio de dos cuartos, donde el matrimonio Downs-Cohen habita cuando están en la Ciudad de México.

“La única relación que hubo entre nosotros fue la compra de ese departamento. Desde entonces solo lo hemos visto en la tele y no somos amigos”, me dijo Cohen.

Lila, más callada, preguntó si tendrían algún problema con su apartamento, a raíz de esta indagatoria. “Siempre el trato ha sido amable con él. Quisiera saber si tendremos que hacer algo ante la autoridad a partir de esto”, dijo ella, con la misma voz dulce y ronca que explota siempre en el escenario.

Desde la UIF, dicen que seguirán indagando. La pregunta a estas alturas parece ser, ¿quién sigue?

Fuente / REFORMA