Resumiendo el 2022

EL LADO FLACO

Manuel Nava

El año 2022 comenzó con la perspectiva del fin de la pandemia de Covid-19, pero pronto se topó con la guerra en Ucrania, sumiendo al mundo en un nuevo período de incertidumbre. La economía mundial se ha recuperado bajo el espectro de la inflación y el aumento de la pobreza en la mayoría de los países del mundo.

Todo inició con el aumento progresivo de las tasas de interés en Estados Unidos, consecuencia del retroceso del coronavirus y la reanudación de actividades. La medida trajo consigo la certeza de que los inversionistas migrarían de economías menos confiables, como las en desarrollo, para reconfortarse con la seguridad del dólar.

La guerra en Ucrania sólo empeoró este escenario. Las sanciones de los países occidentales contra Rusia, un importante exportador de gas, petróleo y cereales, tuvieron consecuencias inmediatas, como el aumento vertiginoso de los precios de las materias primas y la energía.

La mayoría de los países del mundo han vuelto a vivir con una inflación de dos dígitos, incluidos los europeos. En la Unión Europea, en noviembre el índice pasó del 4 al 11,5 por ciento en el lapso de un año, algo sin precedentes en 20 años.

En el Reino Unido, la crisis económica generó una fuerte inestabilidad financiera y se convirtió también en una crisis política. En medio de una tormenta inflacionaria, la sucesora del primer ministro Boris Johnson, Liz Truss, se convirtió en la primera ministra que permaneció en el cargo por menos tiempo, solo 44 días.

Lejos de lo esperado, México superó las expectativas que tenían todos los analistas, así como las agencias de research, en lo que respecta a la expansión económica registrada durante el tercer trimestre.

El nearshoring, la inversión extranjera, entre otros factores, dinamizaron a una economía azteca prácticamente estancada. Y esto despertó un optimismo que, desde hace años, no se veía para una economía que, a principio de año, preveía una estanflación.

Analizando los últimos datos de crecimiento, los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (por sus siglas, Inegi) muestran que la economía de México se expandió entre julio y septiembre, superando las expectativas de todos los analistas. Mientras que la previsión que tenían los analistas de Bloomberg, Reuters, entre otros organismos públicos y privados, se situaban en torno al 0,7 por ciento, el dato final que muestra el crecimiento de la economía mexicana durante el tercer trimestre se ha situado en el 1%, teniendo en cuenta la tasa trimestral. Una tasa que, como decimos, sorprende a los analistas, a la vez que supera a la registrada en el segundo trimestre. Teniendo en cuenta la tasa interanual, el PIB habría crecido un 4.2 punto.

Una buena noticia que llega en un momento clave. Pues, como digo, la economía mexicana no venía de pasarlo muy bien. La escasa respuesta fiscal y el debilitamiento de la economía estadounidense estaban llevando al país azteca a un estancamiento que, como también preveían los analistas, podía derivar en una crisis económica. Y esta expansión, teniendo en cuenta esa superación de las expectativas, motiva a unos analistas que veían muchas más sombras que luces.

Pero el lado flaco radica en:

A pesar de la expansión de la economía mexicana, es la única gran economía de América Latina que cuenta con un producto interno bruto (PIB), hasta día de hoy, igual o menor al registrado en 2019.

En otras palabras, la economía mexicana, sigue sin recuperar, o acabar de recuperar el nivel de PIB previo a la crisis de 2019.

Dicho crecimiento, por el momento sólo se trata de un rebote, pues México, en estos momentos, acaba de alcanzar el punto de partida en el que se encontraba en 2019, antes de la caída que supuso la pandemia.

La economía mexicana, hasta la fecha, ha recuperado el terreno perdido y, de igual manera, sigue recuperándose de un shock del que, como muestra su nivel de PIB, se acaba de recuperar.

Es verdad que la economía se expande y, teniendo en cuenta los pronósticos, lo hace a un mejor ritmo de lo esperado. Pero tampoco podemos engañarnos. Hasta la fecha, México estaba recuperándose del shock vivido y recuperando todo el terreno perdido por la pandemia.

Decir que crecemos, estadísticamente hablando, tiene sentido, pues la tasa de crecimiento es positiva. Pero en la práctica, México aún no ha crecido nada, desde la caída que experimentaba en el año 2019.