Pasmo en Morena
ECOS DEL SILENCIO
E. Antonio Hernández Peralta
A pesar del duro golpe que supuso el retiro de la candidatura a Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, las dirigencias parecen estar en shock aún y sólo atinan a tirar palos de ciego.
Apenas el viernes pasado anunciaron que defenderán con todo a los sancionados por el INE, cuyos consejeros, de manera burda, arguyendo sentencias legaloides, tumbaron 60 candidaturas al partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.
La lentitud mostrada por los líderes morenistas da fe de una de las herencias malditas del PRI: no se mueven hasta que el Presidente dice algo. Desde el primer minuto en que se supo que los consejeros del INE habían sacado el hacha para castigar a los candidatos morenistas, debieron movilizarse junto con abogados para presentar las controversias necesarias, habidas y por haber, ante el Tribunal Electoral de la Federación (Trife), para tener un margen de maniobra más amplio que el que su propio tortuguismo propició, ya que no fue hasta que López Obrador no mostró su antipatía ante los atropellos del árbitro electoral (que supuestamente debiera y tendría que ser imparcial), no hubo ni siquiera declaraciones que fustigaran a los susodichos consejeros.
Incluso, en mi opinión, ya debería tenerse una estrategia para tenerla lista e interponerla ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en el supuesto de que el Trife ratificara el castigo a Félix Salgado y compañía.
Pero, nada…
Únicamente los afectados hicieron llamados a protestar y se notó especialmente en Guerrero que el Toro sin Cerca sí tiene arrastre suficiente, no solo para ganar la gubernatura de la entidad suriana, si no que ha creado una base social que prácticamente ningún otro tiene.
Peor aún, las declaraciones desafortunadas del secretario general de Morena Guerrero, en el sentido de que no hay un plan B, en caso de no le fuera devuelta la candidatura a Salgado Macedonio, es decir, que no postularían a otro. Ante tan lamentable declaración, los demás contendientes brincaron de alegría, pues eso implica que su más cercano competidor, en automático, lograría ganar, y podría no hacer campaña.
Al parecer, Marcial Rodríguez Saldaña, olvida algo muy elemental que se constató desde hace unos meses, al menos aquí en Guerrero, y que Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros expresó de manera peyorativa una frase que lo resume: “si ponemos a una vaca como candidato, la vaca gana”. Y esto, es una realidad, el pueblo guerrerense, así como la gran mayoría de los conciudadanos del país, ya estamos cansados de lo mismo; de ver las mismas caras cada tres años en los comicios correspondientes. La popularidad de López Obrador, arrastra a prácticamente a cualquiera.
Ahora bien, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, más sus corifeos en el INE, alegan apegarse a la legalidad al emitir de forma draconiana la sentencia que arrebató las 60 candidaturas a Morena. Pues en ese caso, si tanto se apegan a la legalidad, ¿por qué no se bajan los sueldos para que, en apego a lo plasmado en la Constitución, no ganen más que el Presidente de la República? ¿Por qué no cancelan sus gastos faraónicos, como el de disponer de un chef en exclusiva para sus comidas? O somos o no somos, dicta la máxima. ¿O sólo aplica para sus propios intereses? Pregunto yo…
Mientras tanto, la casi nula reacción de las dirigencias ya empieza a afectar a los sancionados, en especial al ahora ex candidato al gobierno de Michoacán, al declarar que la supuesta omisión de presentar informes de gastos de precampañas, es sólo error del partido, pero no de él.
Dejaremos para el próximo domingo reflexionar sobre el actuar de los consejeros del INE y, si en realidad, como alegan, se apegaron a la legalidad o sólo fueron legalistas.