Menor carestía, mayores amenazas
EL LADO FLACO
Manuel Nava
Tras conocerse el nivel alcanzado por el Índice Nacional de Precios al Consumidor en 2021 resultó menor a lo esperado, se pondera que efectos base favorables, la lenta recuperación económica, el repunte del peso desde principios de diciembre y el efecto de mayores tasas de interés ayudarán a frenar la inflación durante el 2022, lo cual no reduce lo empinado de esta cuesta de enero.
Contra lo anticipado en diferentes encuestas realizadas por el Banco de México a especialistas, el 2021 cerró con un nivel de carestía de 7.36, El dato es menor a lo que los analistas pronosticaban. De acuerdo con un sondeo de Reuters, el mercado preveía que la inflación alcanzara una tasa de 7.51 por ciento.
El resultado de diciembre significa una ligera desaceleración respecto al de noviembre, cuando la tasa registrada fue de 7.37 por ciento.
EL LADO FLACO está en que
Se espera que en todo el 2022 la inflación continúe por arriba del objetivo de Banxico y sea hasta fin de año cuando regrese a la meta.
Durante el año podrían observarse nuevas presiones inflacionarias debido a la prolongación de los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales, la volatilidad de los precios de las materias primas -principalmente petróleo y productos agropecuarios- y la reactivación económica del sector servicios.
No obstante, es el mayor nivel para un cierre de año desde el 2000, cuando los precios al consumidor aumentaron 8.96 por ciento.
Desde marzo pasado, la inflación empezó a ser un problema para el Banco de México (Banxico) al superar la meta de 3 +/-1 punto porcentual. Desde entonces, la ha superado, por lo que el banco central empezó a incrementar su tasa de interés.
Los altos niveles de inflación no sólo se han presentado en México, sino en otros países.
Aunque las presiones para la inflación se presentaron tanto en el rubro subyacente como no subyacente, las mercancías continúan siendo la mayor presión.
En diciembre, este rubro mostró un incremento anual de 7.40 por ciento. Al interior, los alimentos, bebidas y tabaco se encarecieron 8.11 por ciento, mientras que las mercancías no alimenticias 6.61 por ciento.
Por su parte, los servicios -que en la pandemia se vieron fuertemente afectados por las medidas de confinamiento- presentaron una inflación de 4.30 por ciento.
Lo anterior llevó a la inflación subyacente, la cual elimina de su cálculo bienes y servicios con precios volátiles y es la que considera Banxico para su decisión de política monetaria, a 5.94 por ciento.
Será, pues, una cuesta de enero bastante complicada, pues las expectativas auguran que los precios estarán en su nivel más alto en 21 años para el primer trimestre del 2022.
Este deterioro mermará el consumo, afectará a las personas con bajos recursos y amenaza con detener la ya de por sí frágil recuperación de la economía.