El posible desplome de las promesas
EL LADO FLACO
Manuel Nava
La definición de la candidatura de Morena a la gubernatura de Guerrero no sólo elevó de tonos los discursos de confrontación, sino también la ligereza para hacer promesas de obras y proyectos sin atender a la viabilidad financiera y eso puede ocasionar un desplome con daños superiores a los ocurridos en la Línea 12 del Metro.
Como la vieja anécdota de los políticos mexicanos de los 50, llegan al absurdo de ofrecer construir un río para cumplir la promesa de construirles un puente.
EL LADO FLACO es que:
Al depender las entidades federativas en más del 90 por ciento de las transferencias de recursos federales, con recaudación de ingresos propios muy limitada se han convertido en dependientes del esfuerzo fiscal federal a través del SAT.
Excepto la Ciudad de México, la dependencia financiera del resto de las entidades no sólo por las condiciones de desarrollo de la entidad, también por la escasa voluntad recaudatoria de los entes subnacionales y locales.
La deuda bancaria y bursátil de los estados creció de 2012 a 2018, 80 por ciento, y al cierre de 2020, sólo 5.5 por ciento más respecto al año anterior. Su monto es hoy de 637 mil millones de pesos.
La caída de participaciones en 2019 y 2020, además de los gastos extraordinarios por la contingencia sanitaria, fueron compensados con recursos del FEIEF.
La polarización de las diferencias de desarrollo y productividad entre las propias entidades federativas y la extrema pobreza en más de la mitad de los municipios del país.
Desde hace algunos años cinco entidades concentran la mitad de la deuda total de ese orden de gobierno. Éstas son la Ciudad de México, Nuevo León, Chihuahua, Veracruz y Estado de México, en circunstancias muy diferentes derivadas de sus ingresos. Se observa ello en su servicio, esto es amortización e intereses, así como en las reprogramaciones, que sólo alargan los plazos para pagarla, quitando recursos escasos a la inversión productiva y al gasto social.
Un 30 por ciento adicional incluye a Coahuila, Jalisco, Michoacán, Chiapas, Quintana Roo, Baja California y Sonora, de tal forma que sólo 12 entidades federativas concentran cuatro quintas partes del endeudamiento de estados y municipios. La deuda, ojo, no es un tema subnacional, sino de unos cuantos.
Este modelo de desarrollo ha sido seguido desde los años ochenta, cuando gobernó Miguel De la Madrid.
La deuda municipal, un poco más de 40 mil millones de pesos al 2020, apenas es el 6 por ciento de la deuda de las entidades federativas; se concentra también en unos cuantos de los 2 mil 500 municipios del país: 30 significan el 53 por ciento de la misma, destacan Tijuana, Monterrey, Hermosillo, Guadalajara y León, como las cinco ciudades más endeudadas del país.