Cuando tiemblan las corvas
Manuel Nava
EL LADO FLACO
Mas que la coincidencia de tres movimientos telúricos en un 19 de septiembre, lo que sobresale es la realidad que develan tras los derrumbes de construcciones y personas sufriendo el drama al sentir que su patrimonio escapa entre sus manos.
Las heridas están abiertas. Aun hay pendientes entres los damnificados de hace 37 años y los de hace un lustro.
El 20 de septiembre, en punto de las 14:04 se registró otro movimiento telúrico que fue perceptible en Michoacán y Jalisco.
El sismo de este 19 de septiembre del 2022 impactó a unos 48 millones de mexicanos en al menos 12 entidades del país: Aguascalientes, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz, siendo Colima, Michoacán y Jalisco las entidades con mayores afectaciones.
El movimiento de tierra dejó dos muertos, una decena de heridos y más de 200 viviendas afectadas.
Pero el lado flaco está en que:
Los hechos demuestran la falta de preparación de México para enfrentar un escenario catastrófico como el que se produjo en 1985 y el 2017 en materia de prevención de desastres.
Existen al menos tres rubros importantes en materia de prevención, como lo son los simulacros, la revisión constante de la situación de la estructura de las viviendas y un plan familiar.
Las personas deberían tomar más en serio los protocolos que se realizan en los simulacros, así como seguir las reglas de qué hacer y qué no en caso de un siniestro.
La inspección de las viviendas y edificios no sólo debe realizarse tras un sismo, sino que se debe ser con cierta periodicidad para detectar a tiempo alguna falla.
Desde el inicio de la construcción se debe implementar el mejor material posible, así como seguir las reglas de construcción que se manejan en diferentes localidades del país.
El plan familiar es de suma importancia para que los miembros de una familia sepan cómo actuar ante un desastre natural.
Los daños económicos estimados por algunos de los sismos en el país en el rango de 6 a 8 puntos en la escala de Richter de 1985 hasta el 19 de septiembre del 2017 ascienden a 10,398 millones de dólares, unos 208,000 millones de pesos, de acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres y el Centro de Estudios de la Epidemiología de Desastres (CRED por su sigla en inglés).
Hasta ahora los daños más significativos son los provocados por el sismo del 19 de septiembre de 1985, que tuvo como epicentro la costa de Michoacán y una magnitud de 8.1 grados en la escala de Richter, con un estimado de 4,104 millones de dólares o de 82,070 millones de pesos.
El segundo sismo de magnitud más significativa en términos económicos es sucedido el mismo día, pero en 2017, cuyo monto estimado de daños es de 3,285 millones de dólares o 62,099 millones de pesos.