Bienestar cuestionado

EL LADO FLACO

Manuel Nava

La consigna de primero los pobres requiere actos de congruencia y de profundidad. Debe incluir la voluntad de transformar la condición de la carencia de recursos y las limitaciones para el desarrollo de para el 51 por ciento de en condición de pobreza general, según datos del Coneval.

El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) nació con el propósito de proveer y garantizar la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social, así como impulsar, en coordinación con la Secretaría de Salud en su calidad de órgano rector, la articulación de las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud.

La nueva institución sustituyó al Seguro Popular pero en el cumplimiento de las funciones el saldo le resulta poco favorable.

EL LADO FLACO está en que:

La institución tiene un menor gasto per cápita, es decir, menores recursos para atender a cada usuario, pese a contar con un mayor presupuesto a lo que tenía cuando aún existía el Seguro Popular.

En el último año de existencia del Seguro Popular el gasto per cápita fue de 3 mil 656 pesos, un dato que se redujo a 2 mil 911 pesos este año, esto al considerar el presupuesto que se le aprobó y las proyecciones de cuánta gente sin afiliación al sistema público va a atender.

En el 2019, el último año donde estuvo vigente el Seguro Popular, el presupuesto que se le otorgó fue de 189 mil 687 millones de pesos, una cifra que aumentó a 218 mil 614 millones el año siguiente con la creación del Insabi, aunque para este 2021 sólo se aprobó un gasto de 198 mil 334 millones de pesos.

En el 2021, el presupuesto para el Insabi es 4.5 por ciento mayor que el ejercido en el 2019 por el Seguro Popular. Esto equivale a 8 mil 647 millones de pesos adicionales para atender a 14.4 millones de personas más que en el 2019.

El único gasto per cápita por debajo de Insabi es IMSS-Bienestar, mil 171 pesos.

Las diferencias en el gasto per cápita de los subsistemas de salud exacerban la desigualdad en el acceso a los servicios de salud.

Mientras que el gasto per cápita de Pemex pasó de 23 mil 896 pesos en el 2016 a 29 mil 803 pesos por persona; es decir, el presupuesto per cápita de Pemex es 10.2 veces el gasto de Insabi.

El aumento marginal en el presupuesto se traduce en un gasto de 2 mil 911 pesos por persona, 20.4 por ciento menos que en el 2019 con el Seguro Popular.

Respecto a la población sin afiliación a una institución de salud, en el 2000 había 55.6 millones de mexicanos en esta condición, una cifra que se redujo a 22.4 millones con el Seguro Popular y que, de acuerdo con el gobierno, se pretende bajar a 11.8 millones de personas para el término del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, en el 2024.

No basta con incrementar el número de personas afiliadas al Insabi, sino también aumentar los recursos económicos, ya que si no se limita el resultado que se pudiera alcanzar en cobertura universal y una atención efectiva.